jueves, 21 de marzo de 2013

Orígenes de la fundación Don Bosco.


Los antecedentes de Fundación Don Bosco, están profundamente vinculados con la experiencia comunitaria. Sus orígenes se centran en el trabajo de un grupo de jóvenes que decide vivir la experiencia de compartir su fe de vida con otros jóvenes, promoviendo acciones que son motivadas e impulsadas por el padre José Antonio Sandoval Tajonar.



En 1995, el trabajo de los jóvenes de las bandas de San Antonio, encabezados por el Pbro. José Antonio Sandoval Tajonar, permitió identificar un elemento común entre sus integrantes: jóvenes de entre 13 y 16 era desertores escolares a nivel secundaria  y muchos ya no ingresaban al nivel medio superior, los motivos eran problemas económicos y familiares, por esta razón los jóvenes de veían orillados a integrarse a bandas delictivas, en donde con una idea errónea se sentían  acompañados y comprendidos, elementos que no encontraban en sus hogares. Además del consumo de diferentes drogas como marihuana,  alcoholismo y pegamento, las riñas entre jóvenes de la misma comunidad eran cada vez más frecuente e intensa, lo que provocaba una preocupación social.


Tomando en cuenta esta realidad, se observó que la mayoría de los jóvenes provenían de familias disfuncionales, al mismo tiempo que vivía en gran apatía y dispersión, además de que la comunidad padecía  y aceptaba  su realidad.

El trabajo con ellos requería dedicar mucho tiempo y recursos humanos, así que en 1995, se intenta trabajar con los jóvenes de las bandas; los adolescentes fue la primera apuesta que el padre y su equipo hicieron. Uno de los instrumentos que se utilizó fue el teatro, ya que se trato de salir al encuentro a montar pequeñas obras que tenían  un cometido social y una posibilidad de comunicar un mensaje. La obra teatral pretendía ser un espacio para la expresión del propio chavo, ya que venían muy lastimados de todas aquellas situaciones que lo aquejaban, al mismo tiempo que se buscaba el contacto con la comunidad.

Con espacios de teatro y música los jóvenes transmitían un sello de alegría a la comunidad, al mismo tiempo que se iniciaba un trabajo de inserción comunitaria que más tarde se convertiría en un proceso de transformación parroquial.

En Julio de 1997, aún no constituidos todavía como asociación, se comienza un trabajo de apoyo económico y moral  a aquellos jóvenes que teniendo el deseo de continuar estudiando les era imposible por diversos factores, posteriormente mediante pláticas de formación de valores dirigidas en un principio por el Pbro. Antonio se trato de dar un refuerzo a los adolescentes.

Aún no se contaba con instalaciones propias. La Parroquia de San Antón compartía  una pequeña oficina y un salón donde se reunía el padre Toño con los jóvenes. Meses más tarde, gracias a un grupo de donantes, se pudo rentar un pequeño espacio que en años anteriores fuera la Preparatoria Metropolitana, ubicada en la Avenida Jesús H. Preciado, casi frente a las Oficinas Parroquiales de San Antón.

En Octubre del mismo año, se logra constituir legalmente como asociación civil con el nombre de Fundación Don Bosco, para el desarrollo del estudiante Morelense, A. C., ante el notario No. 2 Lic. Hugo Salgado Castañeda. Su programa “Permanece” otorgaba becas, previo estudio socioeconómico, a aquellos jóvenes con carencias de tipo económico. Sin embargo no era suficiente: los jóvenes comenzaban a mostrar conformismo y desinterés por su proceso formativo y sus padres se manifestaban aislados y ajenos en las cuestiones educativas de sus hijos.
Ante esta situación, era necesario generar las estrategias que permitieran vincular los esfuerzos de la Fundación con la de los jóvenes y buscar el apoyo de los padres de familia, así como brindar un acompañamiento mucho más cercano con aquellos jóvenes cuyas familias manifestaban mayores problemáticas de desinterés por el joven.

Había muchos logros. Para entonces, la Fundación Don Bosco había acompañado y beneficiado a 243 jóvenes en los niveles de secundaria, preparatoria y universidad. Contaba con una pequeña biblioteca, un centro de cómputo con cuatro computadoras, se estableció vínculos de colaboración con los gobiernos estatal y municipal, así como organizaciones de la sociedad civil; y lo más importante, se contaba con el apoyo de la comunidad y cumplíamos con nuestra misión.
Durante este proceso iniciado en Julio de 1997, el contar con pocos recursos económicos limitaba algunas acciones, pero no la creatividad. Así se mantiene el trabajo y la latencia de una situación económica que poco a poco dificultaba más la operatividad de los programas, más aún de dejar a varios jóvenes en situación de desventaja.

En Enero de 2000, la Fundación inicia un proceso de revisión interna y de viabilidad; varios fueron los motivos que orillaron a tomar la decisión de cambiar la estrategia:

  1. Aún y cuando varios de los jóvenes becarios habían hecho un proceso de crecimiento, en otros más, la formación que se brindaba impactaba poco en la vida de los jóvenes, pues el tiempo que permanecían en sus escuelas y hogares era mucho mayor que el que destinaban a su proceso de formación dentro de la Fundación, aunado a que sus vivencias diarias dentro de estos espacios se contraponían a la propuesta de la institución, haciendo que en el joven se arraigaran actitudes de frustración, desesperanza y de no superación.
  2. Era necesario buscar otro mecanismo que permitiera promover procesos de crecimiento personal y comunitario con los padres de familia que favorecieran una co-responsabilidad integral en la educación de sus hijos.
  3. La situación económica poco facilitaba su viabilidad en el mediano y largo plazo.

Analizados estos factores, se decide transformar el programa “Permanece”, constituyéndolo en un espacio de educación formal a través de una escuela secundaria y preparatoria que retomara los servicios y programas que ya se ofrecían: formación humana con enfoque desde la fe, acompañamiento, asesorías académicas, promoción de la expresión artística, fomento del deporte, formación en el trabajo y escuela para padres, sumados a la formación académica que establecerían las autoridades educativas. Este es el origen del CENTRO EDUCATIVO COMUNITARIO INTEGRAL DON BOSCO, durante el ciclo escolar 2000-2001.

Para el ciclo escolar 2006-2007, se comienza un trabajo Pastoral que incluye el envío de misioneros a comunidades distintas a Cuernavaca. Tal es el caso de la comunidad de Tilzapotla Morelos, comunidad rural perteneciente al municipio de Puente de Ixtla, al sur del Estado. El trabajo de apoyo no solo en la evangelización sino en la conciencia de la importancia de la educación para todos los jóvenes Morelenses, sea cual sea su condición económica y contextual, facilitó el apoyo absoluto de la comunidad de Tilzapotla y con RVOE otorgado por la Secretaría de Educación del Estado de Morelos, al inicio del ciclo escolar 2008-2009, abre sus puertas la “Preparatoria Comunitaria Don Bosco, plantel Tilzapotla” con el objetivo de ofrecer la oportunidad de preparación a los jóvenes de la región, quienes lo apreciaron desde un principio ya que al no contar con este servicio, acostumbraban  a emigrar a los Estados Unidos en su mayor porcentaje, al terminar su educación secundaria. Las necesidades educativas de estos jóvenes son distintas, pero la Fundación Don Bosco  creó un  programa de formación acorde a sus características y necesidades.

Como visión institucional se pretende “Lograr un proyecto autosustentable con impacto multiplicador en el desarrollo socioeconómico de las comunidades de alto riesgo con especial atención a adolescentes y jóvenes”. Aunque en los últimos años, esta visión ha sido rebasada, ya que el servicio también se ofrece para los niños a nivel primaria y para los jóvenes universitarios, con becas para continuar sus estudios en alguna de las instituciones con las que la FDB cuenta con convenio.

A principios del ciclo 2008-2009, el problema magisterial que se originó en el Estado de Morelos, tuvo como consecuencia el paro de labores en la mayoría de las escuelas de educación Básica. A raíz de esto, la Fundación Don Bosco brinda su apoyo mediante clases extramuros como respuesta a las necesidades sociales del momento, albergando principalmente a niños procedentes de las comunidades de la Carolina, San Antón, Alta Vista y Lagunilla. A medida que transcurren los días, los mismos padres de familia manifestaron su deseo al Padre Antonio Sandoval, para que se consolidara la primaria, ya que tanto ellos como sus hijos se sentían a gusto con la escuela.  Este deseo de los padres se hace extenso ante las autoridades educativas, quienes respaldan dicha petición.  Es así como se da el inicio del proceso para la incorporación del nivel primaria al IEBEM como parte de los servicios que brinda la Fundación Don Bosco.

Las becas que otorga la FDB van desde el 10% hasta solventar el 100% del costo de la educación de niños y jóvenes, de acuerdo a un estudio socioeconómico realizado a cada familia de los beneficiados. La beca otorgada a los integrantes de las Casas del Estudiante para su educación es del 100%, además de cubrir sus gastos de alimentación, vivienda y recreación. Las becas concedidas a los integrantes de la Comunidad Universitaria varían del 60% al 95%. Existen en este momento alumnos de esta comunidad cursando su preparación universitaria en carreras como Comunicación, Diseño Gráfico, Diseño de modas, Mercadotecnia, Administración, Contaduría, Derecho, Psicología, Ing. Civil, Ing. Industrial, Ing. Mecatrónica, Arquitectura y Cibernética.

A casi quince años de su constitución, la Fundación Don Bosco ha acompañado a más de 3000 jóvenes y niños desde sus diferentes programas, ya sea como beneficiarios directos o indirectos. Sus lugares de procedencia han sido de diversos municipios del Estado, entre ellos, Jiutepec, Tepoztlán, Huitzilac, Temixco, Emiliano Zapata, Yautepec, Tetecala, Zacualpan de Amilpas, Tetela del Volcán, Cuautla, y la gran mayoría del municipio de Cuernavaca. Asimismo han sido beneficiados jóvenes de los pueblos San Juan Tehuxtitlán, Ozumba, Amecameca, San Isidro, San Pedro Nexapa, Buena Vista del Monte, Michapa y Ocuilán, del Estado de México; Taxco, Iguala, Chilpancingo y la sierra del Estado de Guerrero; Tijuana, Baja California Norte; el Distrito Federal, Colima, Oaxaca y Veracruz; contando que a la FDB también han llegado en algún momento, jóvenes de otros lugares del mundo (Argentina, Portugal, Italia, Estados Unidos, Inglaterra, Colombia y Venezuela), ya sea como voluntarios, prestantes de servicio social o como alumnos del CECI.